dilluns, 20 de febrer del 2012

En el suspiro que fue mi último aliento
dejé la pena que antaño cargaba.

Ahora, renacido y ligero,
puedo subir las montañas más altas
y soñar entre las nubes más blancas.

Con los ojos cerrados puedo ver mi camino,
sentir en mis pies el aire cual suelo
y andar descalzo junto al viento.

Extiendo los brazos...
y permíto que este me guíe.


1 comentari:

Anna ha dit...

A volar se ha dicho :) genial